sábado, 16 de abril de 2011

la recurrida ambivaléncia de la recurrencia

de igual modo que aquél indio nos contaba que en su interior existían dos lobos, uno lamiéndole la mano, otro, mordiéndole el cuello; al preguntarnos por cuál de los dos sobreviviría, nos respondía que al que le diésemos de comer. la recurrencia matemática nos dice que no somos uno, sino la suma de todo aquello que hemos sido(1+2+3..), yo me pregunto, al observar las nuevas redes sociales, buen laboratorio de observación, invertimos más tiempo en comunicar o en comunicarnos?
nos interesa aquello que nos comunican? o por el contrario invertimos mas tiempo en comunicar aquello donde nos gustaría comunicarnos? nos sobra tiempo para comunicarnos entre tanta comunicación comunicada?
tenemos suficiente tiempo para tan siquiera observar entre esta nueva "cadencia" de observaciones por observar. como ratones de laboratorio que deven pulsar el botón al recibir un estímulo visual. No es preciso ser Darwin para ver que la comunicación que nuestros contemporáneos mas usan es el "me gusta".
ávidos por nuestra dosis de compañerismo, sensibilidad, solidaridad.veo ratones ofuscados pulsando el botón sín parar.
cuando observo la comunicación insitu, no puedo evitar fijarme en cuantos comunican sin comunicarse.
unos hablan regocijandose escuchándose a si mismos, otros comunican sin escuchar, otros esclusivamente para alimentar su vanidad intelectual, otros quieren arreglar el mundo antes de arreglarse a si mismos, otros para demostrasse a si mismos que tienen adquirido un serio compromiso para con sigo mismos, otros entran en competicion para ver quién es el que mas comunica, no sin antes regocijarse en cuan pobres són otras comunicaciones.
en fin, un dia de estos me los encuentro a todos "vomitando".
yo ya lo he hecho.

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